EL PERÍODO LÍTICO Y FORMATIVO
RESUMEN:
Durante
los comienzos el período lítico el hombre se dedicará básicamente a la caza y recolección
indiscriminada, las herramientas líticas que manejan hacen de la caza una actividad
de mucho riesgo, por ello, van en busca de animales en desventaja. Es así, que
el primer peruano presenta una economía de subsistencia, consumo o simplemente
parasitaria.
Las
bandas constituyen la primera forma de organización humana, está compuesta por
30 ó 40 individuos liderados por el mejor cazador o el más experimentado. Al
interior de la banda podemos distinguir una diferenciación sexual del trabajo
ya que la mujer se dedicará a la recolección y el hombre a la caza. Las
primeras bandas de cazadores y
recolectores nómadas llegaron a los Andes peruanos unos 13 mil años
a.C., ósea en los últimos tiempos del gélido periodo llamado Pleistoceno Tardío.
El arqueólogo Edward Lanning
propone que estos mismos grupos ascendían a los pisos ecológicos serranos para
cazar y recolectar en los periodos de lluvia. Estos cazadores tenían sus
itinerarios y seguían lo que Lanning denomina un modelo de “Trashumancia Estacional”.
Naturalmente,
la facilidad con que se podían explotar los inagotables recursos que ofrecía el
litoral marítimo aceleró el proceso de sedentarización de los nómades costeños,
quienes de cazadores-recolectores de especies continentales se convirtieron,
primeramente, en marisqueadores y cazadores de lobos marinos y luego en
pescadores-horticultores que alternaban la instalación de sus campamentos entre
el litoral y las cercanas lomas.
En el período
Formativo, toda la iconografía religiosa que se desarrolló en las sociedades
que construyeron los templos en "U", conocidas como las sociedades de
Cupisnique en la costa del norte y la sierra norte, se condensa en una nueva
tradición en los Andes Centrales produciendo un primer "horizonte
estilístico". El centro principal para la irradiación de la iconografía
religiosa del felino parece haber sido Chavín de Huantár, en la sierra central.
Formativo andino se caracteriza
por el inicio del arte alfarero, de la orfebrería y el tejido a telar. También
por la construcción de centros ceremoniales "en forma de U", la
difusión del maíz y la ingeniería hidráulica.
PALABRAS
CLAVES:
Cazadores, recolectores nómadas, Andes peruanos.
Pleistoceno Tardío, Hombres Guitarreros, Holoceno, Bandas, endogámicas, cazadores indiferenciados,
cazadores especializados, Trashumancia, sedentarización, división sexual del
trabajo, Lauricocha, sedentarización, pescadores-horticultores, marisqueadores, pescadores-horticultores, viviendas, Intermedio
Temprano, iconografía, Cultura Chavín, Centros ceremoniales.
SUMMARY:
During the early period lithic man was largely devoted to
indiscriminate hunting and gathering, the stone tools that handle make the game
a high risk activity, therefore, go in search of animals at a disadvantage.
Thus, the first Peruvian has a subsistence economy, consumption, or simply
parasitic.
The bands are the first form of human organization, is
composed of 30 to 40 individuals led by the best or the most experienced
hunter. Within the band we distinguish sexual differentiation of work and the
woman will be devoted to gathering and hunting man. The first bands of nomadic
hunters and gatherers came to the Peruvian Andes about 13 thousand years BC,
marrow in the last days of the cold period called the Late Pleistocene.
The archaeologist Edward Lanning proposed that these same
groups amounted to ecological mountain to hunt and gather in rainy periods.
These hunters had their itineraries and followed what Lanning calls a model of
"seasonal transhumance."
Naturally, the ease with which they could exploit the
inexhaustible resources offered by the sea coast accelerated the process of
sedentarization of nomads coast, those of hunter-gatherers became continental
species, firstly, in marisqueadores and hunters of sea lions and then
fisher-horticulturists who alternated the installation of their camps between
the coast and the nearby hills.
In the Formative period, all the religious iconography
that developed in the societies that built the temples in "U", known
as Cupisnique companies in the north coast and the northern highlands,
condenses into a new tradition in the Central Andes producing a first
"horizon style". The main center for the irradiation of the religious
iconography of the cat seems to have been Chavin, in the central highlands.
Andean Formative characterized by the onset of the art
potter of jewelry and weaving loom. Also for the construction of ceremonial
centers "U-shaped", the spread of maize and hydraulic engineering.
KEYWORDS:
Hunters, gatherers, Peruvian Andes. Late Pleistocene, Men
Guitarreros, Holocene, Bands, inbred, hunters undifferentiated specialized
hunters, Transhumance, sedentary lifestyle, sexual division of labor,
Lauricocha, sedentary, fishermen, gardeners, marisqueadores, fishermen,
gardeners, housing, Early Intermediate, iconography, Chavin Culture ceremonial
centers.
EL PERÍODO LÍTICO Y FORMATIVO
EL
PERIODO LÍTICO
Durante
este momento el hombre se dedicará básicamente a la caza y recolección
indiscriminada, las herramientas líticas que manejan hacen de la caza una actividad
de mucho riesgo, por ello, van en busca de animales en desventaja. Es así, que
el primer peruano presenta una economía de subsistencia, consumo o simplemente
parasitaria. Las bandas constituyen la primera forma de organización humana,
está compuesta por 30 ó 40 individuos liderados por el mejor cazador o el más
experimentado. Al interior de la banda podemos distinguir una diferenciación
sexual del trabajo ya que la mujer se dedicará a la recolección y el hombre a
la caza.
Las
primeras bandas de cazadores y
recolectores nómadas llegaron a los Andes peruanos unos 13 mil años
a.C., ósea en los últimos tiempos del gélido periodo llamado Pleistoceno Tardío. Grandes áreas
andinas estaban cubiertas por el hielo y el litoral peruano era más ancho que
en la actualidad. Vivían grandes mamíferos adaptados a los fríos climas de la
“era del hielo”, como los mastodontes, megaterios, gliptodontes, smilodontes y
paleollamas.
Aunque ya se ha descartado la existencia del llamado "hombre de Paccaicasa", los arqueólogos han encontrado restos de habitantes del Pleistoceno Tardío como los hombres de Guitarrero I (Ancash) y de Uchkumachay (Junín) que preferían la recolección y la cacería de mamíferos como venados y camélidos.
En el 10000 a.C. el clima cambió
bruscamente: el frío Pleistoceno dio paso al cálido Holoceno. Este cambio climático alteró la vegetación y
afectó la supervivencia de la megafauna. Los mamíferos gigantes se extinguieron
gradualmente, contribuyendo a esto la actividad predatoria de nuestros
antepasados, los “cazadores
indiferenciados”.
En esta etapa surgen importantes talleres donde se fabricaban armas y utensilios para diferentes actividades. La propagación de los cérvidos y los camélidos andinos (llamas, vicuñas y guanacos) incentivó la cacería de estos veloces animales. Para esto se requería instrumentos líticos de mejor calidad (puntas de lanza) que se fabricaban en talleres especiales; era la época de los “cazadores especializados”, donde destacan las tradiciones líticas de Paiján (en la costa norte) y Lauricocha (en la sierra central).
En esta etapa surgen importantes talleres donde se fabricaban armas y utensilios para diferentes actividades. La propagación de los cérvidos y los camélidos andinos (llamas, vicuñas y guanacos) incentivó la cacería de estos veloces animales. Para esto se requería instrumentos líticos de mejor calidad (puntas de lanza) que se fabricaban en talleres especiales; era la época de los “cazadores especializados”, donde destacan las tradiciones líticas de Paiján (en la costa norte) y Lauricocha (en la sierra central).
Mientras tanto, en la costa era muy importante la recolección de mariscos junto a la caza de venados. Diversos grupos humanos aprovechaban los abundantes recursos de las lomas en las temporadas de fuerte nubosidad costeña. El arqueólogo Edward Lanning propone que estos mismos grupos ascendían a los pisos ecológicos serranos para cazar y recolectar en los periodos de lluvia. Estos cazadores tenían sus itinerarios y seguían lo que Lanning denomina un modelo de “Trashumancia Estacional”.
Merece mención aparte el
arqueólogo Michael Moseley quien sostiene que los pescadores y cazadores
costeños del Periodo Lítico no tenían la necesidad de seguir un patrón nómada
pues la riqueza hidrobiologíca de nuestro mar contribuyó a una temprana “sedentarización pre-agrícola”.
El arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras explica las características socio-económicas de la “comunidad primitiva” en el Perú: “El sistema de relaciones económicas y sociales era de tipo recíproco directo, que quiere decir que se basaba en la ayuda mutua directa entre cada una de los miembros de la banda, sin depender de intermediarios. No existía la propiedad individual de los bienes de subsistencia, dado que las presas de caza requerían casi siempre la participación de varios para lograrse y porque la adquisición de alimentos estaba de alguna manera abierta a todos. Los instrumentos de caza eran susceptibles de ser producidos por todos los miembros, dado que no requerían de ninguna especialidad. Dicho de otro modo, todos los que vivían juntos eran gentes de la misma clase, aun cuando tuvieron distintas actividades según sea su edad y sexo. La vivienda era colectiva, común; normalmente era un lugar abrigado, protegido de los rigores del clima, cercano a las zonas de caza o recolecta de plantas, cuevas, abrigos rocosos, etc.”
El arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras explica las características socio-económicas de la “comunidad primitiva” en el Perú: “El sistema de relaciones económicas y sociales era de tipo recíproco directo, que quiere decir que se basaba en la ayuda mutua directa entre cada una de los miembros de la banda, sin depender de intermediarios. No existía la propiedad individual de los bienes de subsistencia, dado que las presas de caza requerían casi siempre la participación de varios para lograrse y porque la adquisición de alimentos estaba de alguna manera abierta a todos. Los instrumentos de caza eran susceptibles de ser producidos por todos los miembros, dado que no requerían de ninguna especialidad. Dicho de otro modo, todos los que vivían juntos eran gentes de la misma clase, aun cuando tuvieron distintas actividades según sea su edad y sexo. La vivienda era colectiva, común; normalmente era un lugar abrigado, protegido de los rigores del clima, cercano a las zonas de caza o recolecta de plantas, cuevas, abrigos rocosos, etc.”
Sobre la
organización social en el Periodo Lítico, se acepta generalmente que la unidad
básica era la banda. Esta era
conformada por un grupo variable de personas que convivía en una cueva o en un
campamento. El promedio de personas por banda sería de 30 individuos; donde
predominaban las mujeres y los niños. Es lógico suponer que en zonas o
temporadas difíciles para la supervivencia el grupo disminuía en número, pero
en tiempos de paz y abundancia, el mismo se incrementaba fuertemente.
Se considera que en las bandas paleolíticas era común que los varones se dedicaran a la caza, mientras las mujeres aportaban con la recolección de vegetales silvestres. A esto se denomina “división sexual del trabajo”. Los hombres jóvenes y fuertes se encargaban de cazar a las bestias, para conseguir carne, lana y huesos. La gran tarea de cuidar directamente de los bebes y niños estuvo en manos de las mujeres, quienes muchas veces salían a buscar los frutos acompañados de los menores.
Se considera que en las bandas paleolíticas era común que los varones se dedicaran a la caza, mientras las mujeres aportaban con la recolección de vegetales silvestres. A esto se denomina “división sexual del trabajo”. Los hombres jóvenes y fuertes se encargaban de cazar a las bestias, para conseguir carne, lana y huesos. La gran tarea de cuidar directamente de los bebes y niños estuvo en manos de las mujeres, quienes muchas veces salían a buscar los frutos acompañados de los menores.
Es de
suponer que las bandas eran endogámicas;
es decir, que la reproducción se daba solamente entre los integrantes de una;
sin embargo, esto sólo debió cumplirse en los grupos menores, típicamente
nómades y más remotos. En el caso de los grupos cazadores y pescadores
sedentarios y de creciente población (estudiados por Rick y Moseley,
respectivamente) es probable que se haya practicado la exogamia, sobre todo
entre las poblaciones que necesitaban complementar sus recursos a través del
intercambio y protegerlos mediante alianzas.
TALLERES
LÍTICOS
En los cerros que forman las márgenes de la banda
derecha del río Chillón, caso en la desembocadura del mismo y frente a la casa
de la hacienda Márquez, se encuentran los más antiguos vestigios de la
presencia del hombre en la costa central. Se trata de un extenso sitio, situado
a media falda del cerro Cucaracha, que los costeños de hace 12,000 años usaron
como cantera para fabricar los utensilios que requerían para satisfacer sus
necesidades de cazadores-recolectores de la edad Lítica.
En dicho
sitio esos "limeños" primitivos cortaron las faldas del cerro
habilitándolas como pequeñas canteras, donde trabajaron lo que podríamos llamar
la primera etapa de sus rústicos utensilios y herramientas. En otras palabras,
los trozos de la cuarcita del lugar eran desbastados, mediante percusión, hasta
obtener una burda aproximación a la forma de los instrumentos que se pretendía
lograr, cuya terminación se realizaba en los campamentos en que habitaban
temporalmente los pobladores trashumantes de nuestro litoral. Cuando la
"pre-forma" lograda no era satisfactoria o se rompía durante el
proceso de fabricación, los restos eran arrojados en las inmediaciones de la cantera
y pacientemente se iniciaba la elaboración de un nuevo instrumento. Debido a
esta forma de organización del trabajo, contamos con el valioso testimonio
arqueológico que constituye el taller lítico de las márgenes del Chillón.
En las
faldas del cerro Cucaracha se encontraban, hasta hace poco, cientos de miles de
astillas y esquirlas de cuarcita, productos del desbastado de las
"pre-formas", e incontables restos de utensilios inacabados, tales
como chancadores, raederas, raspadores, punzones, cuchillos y hachas de mano e
inclusive puntas bifaciales y proyectiles puntiagudos, probablemente parte de
armas de caza lanzadas con estólicas. El yacimiento arqueológico toma el nombre
de Chivateros y sus restos han sido clasificados en cuatro complejos cuya duración
abarca desde el 10,000 hasta el 7,000 a.C.
En todo
caso, es seguro que los nómades pleistocénicos, que llegaron al Perú
persiguiendo a la gigantesca fauna del período, eran portadores de una
tecnología avanzada en la elaboración de instrumentos líticos, se agrupaban en
pequeñas bandas de 20 a 25 personas y recorrían vastos territorios,
albergándose temporalmente en reparos y cuevas en las alturas serranas y en
rústicos campamentos en las sabanas costeñas.
El
nomadismo puro de los primitivos cazadores, es decir el viajar permanentemente
siguiendo las huellas de la casa mayor o buscando un clima más benigno que
permitiera mejores condiciones de vida y una más cuantiosa recolección de
frutos silvestres, pronto devino en un nomadismo regional (10,000 a.C), cíclico
y periódico, en el que los cazadores-recolectores se movían aprovechando los
beneficios que ofrecían los cambios de estación, la existencia de microclimas y
la presencia de pisos y nichos ecológicos. Así, los movimientos migratorios
eran tanto horizontales como verticales, de desplazamiento longitudinal y de
ascensión transversal a través de la geografía peruana.
Las
características antropológicas del hombre que se refugió en las cuevas serranas
de Lauricocha (7,566 a.C) no debieron ser muy distintas de las que poseían los
pobladores de la Costa, habida cuenta que tenían un tronco común, que su
fijación en dicho medio no databa de hacía muchos años y que su economía
dependía de la explotación de recursos similares o parecidos. Asimismo, sus costumbres
no debían diferenciarse demasiado, pues a las razones ya expuestas habría que
agregar las derivadas de un frecuente contacto, coma resultado de los anuales
movimientos migratorios a los que hemos hecho referencia.
Por lo
expuesto, creo posible hacerse una idea acerca del aspecto y costumbres del
cazador-recolector costeño en función de los datos que conocemos del hombre de
Lauricocha. Según el ingeniero Augusto Cardich los cavernícolas de Lauricocha y
de la sierra central en general, "eran de cabeza alargada y alta, es decir
calico-hipsicráneos, con una cara medianamente ancha y una estatura de
alrededor de los 1.62 m.", y que se agrupan en pequeñas y medianas bandas
que elegían un jefe que las guiara cuando las circunstancias lo exigían, escogiendo
al más apto para cumplir con la tarea que la banda tenía que enfrentar. Los
hombres de Lauricocha tenían ya cierta vida espiritual, pues practicaban
entierros rituales; decoraban las paredes de las cuevas que habitaban con
expresivos dibujos y pinturas; marcaban su paso por peñas y roquedales dejando
coloridas pictografías e intrigantes petroglifos, se ornamentaban con collares
de cuentas y labraban los mangos de sus herramientas con finas incisiones de
carácter figurativo o abstracto.
En cuanto a la satisfacción de sus necesidades
vitales, se alimentaban de la caza y de la pesca que ofrecían los ríos y
lagunas y complementaban su dieta con la recolección de frutos, tubérculos y
raíces silvestres. Cazadores de megaterios, milodontes, mastodontes y paleollamas
durante el Pleistoceno, a fines de este y comienzos del Holoceno, al
extinguirse la megafauna los cavernícolas serranos se convirtieron en expertos
y pertinaces cazadores de todo tipo de cérvidos y camélidos y, ocasionalmente,
de aves y animales menores, dada la abundancia de la caza mayor. Cocinaban al
fuego sus alimentos, asándolos o enterrándolos con piedras precalentadas, en
versión prehistórica de la popular pachamanca; guardaban los líquidos en odres
o mates de lagenarias y los calentaban sumergiendo en los recipientes piedras
calientes y se vestían con pieles de animales y prendas confeccionadas con
fibras y tallos de plantas lacustres, tejidos mediante el entrelazado o
anillado que usaban para confeccionar esteras y redes.
La
vivienda consistía, fundamentalmente, en reparos, refugios y cavernas
naturales, que completaban, acondicionaban y defendían mediante la construcción
de rústicos accesos, muros divisorios y perforaciones ventilatorias. Dichos
alojamientos, que ocupaban la mayor parte del tiempo, se alternaban, durante
sus incursiones a la costa, con los campamentos levantados en las lomas o
playas, basándose en tiendas rudimentarias forradas con pieles o albergues
construidos con livianos troncos, cañas y esteras.
Así, las
mujeres integrantes de la banda, mientras los hombres estaban ausentes
dedicados a la caza, se familiarizaron profundamente con la flora que
explotaban y pronto conocieron su ciclo de vida y los requisitos y cuidados que
necesitaban para producir abundantes cosechas. De ahí a reproducir en pequeña
escala el fenómeno observado no había más que un paso el que, al parecer, se
dio muy tempranamente en el Perú.
En
efecto, en las grutas de Guitarreros, en el Callejón de Huaylas, se han
encontrado restos de leguminosas que habían sido cultivadas 6,000 años a.C y
que, por tanto, acreditan que el Antiguo Perú fue uno de los seis focos
irradiadores de la agricultura mundial, junto con China, India, Mesopotamia,
Egipto y México.
La
domesticación de algunas plantas, especialmente leguminosas, lagenarias y
cucurbitáceas, influyó grandemente en los hábitos de vida de los primitivos
cazadores-recolectores, pues contribuyó a sedentarizarlos convirtiéndolos en
Horticultores seminómadas que alternaban el cultivo de la pequeña huerta, en la
que ensayaban una agricultura incipiente, con las excursiones de caza y de
recolección de los productos agrícolas que no cultivaban. Debido a ello, las
bandas permanecían estacionarias hasta que cosechaban lo que habían sembrado,
deteniéndose por períodos que variaban entre tres, seis y hasta doce meses.
Esta situación obligó a los horticultores seminómadas a construir viviendas más
duraderas y de adoptar formas de organización social hasta bastante más
complejas que las que habían practicado hasta entonces.
En
la costa el proceso de sedentarización se debió, más que al fenómeno descrito,
a la extraordinaria fuente de alimentación que constituía el mar, que
generosamente proporcionaba, permanentemente, moluscos, crustáceos, peces y
hasta ballenas, además de lobos marinos y una ingente variedad de aves.
Naturalmente,
la facilidad con que se podían explotar los inagotables recursos que ofrecía el
litoral marítimo aceleró el proceso de sedentarización de los nómades costeños,
quienes de cazadores-recolectores de especies continentales se convirtieron,
primeramente, en marisqueadores y cazadores de lobos marinos y luego en
pescadores-horticultores que alternaban la instalación de sus campamentos entre
el litoral y las cercanas lomas.
Sus
viviendas estaban hechas con huesos de ballena o cachalote, varas de mimbre,
cañas, carrizos, junco, totora y gramalote y asumían la forma de carpas cónicas
o de cobertizos construidos por una excavación poco profunda, algunas bajas
paredes corta vientos y una ramada para protegerse de los rayos solares. Lo
precario de dichas construcciones y lo perecedero de sus elementos, ha
determinado la desaparición de casi todos los campamentos de los seminómadas de
la costa central.
Afortunadamente,
se han podido localizar varios de ellos en los alrededores de Ancón, lugar
donde habitaron, 6,000 años a.C, varias comunidades que prácticamente habían
abandonado la caza de especies terrestres para dedicarse principalmente a la explotación
de los recursos marinos. Del estudio de los basurales arqueológicos que
atestiguan su presencia en la zona se desprende que estos primitivos habitantes
de la Comarca de Lima no sólo recolectaban toda clase de frutos de mar, sino
que también practicaban la pesca hacienda uso de anzuelos de conchas, cazaban
focas y lobos marinos valiéndose de armas provistas de puntas lanceoladas y
aprovechaban, ocasionalmente, los despojos de las ballenas y cachalotes varados
por las bravezas marinas. Como horticultores cultivaban camotes, calabazas y
pallares, que frecuentemente trituraban haciendo uso de batanes y morteros de
piedra.
PERIODO FORMATIVO
Su
cronología, fue después del Periodo Inicial y
antes del periodo Intermedio Temprano.
En este
período, toda la iconografía religiosa que se desarrolló en las sociedades que
construyeron los templos en "U", conocidas como las sociedades de
Cupisnique en la costa del norte y la sierra norte, se condensa en una nueva
tradición en los Andes Centrales produciendo un primer "horizonte
estilístico" (un horizonte es un período de la homogeneidad estilística
regional; habrán dos más en la prehistoria andina en las cuales la dominación
política es parte de la definición). El centro principal para la irradiación de
la iconografía religiosa del felino parece haber sido Chavín de Huantár, en la
sierra central. En su apogeo hacia 600 a.C., en un momento en que los centros
monumentales grandes de la costa del norte se reducen mucho de tamaño, Chavín
parece atraer rituales y ofrendas de cerámica de muchas regiones de los Andes,
reflejando su calidad de sitio de peregrinaje.
Se sugiere que las sociedades del Periodo Formativo representan la etapa final de la evolución social y política antes del advenimiento de sociedades estatales tempranas en el próximo periodo. Mientras que las sociedades Formativas no serán sociedades grandes y complejas, ni controlan territorios grandes, las implicaciones de la difusión de cultos religiosos a través de los Andes tienen consecuencias importantes para el comercio y el intercambio, creando estrechas relaciones entre las poblaciones de diversas regiones.
Se sugiere que las sociedades del Periodo Formativo representan la etapa final de la evolución social y política antes del advenimiento de sociedades estatales tempranas en el próximo periodo. Mientras que las sociedades Formativas no serán sociedades grandes y complejas, ni controlan territorios grandes, las implicaciones de la difusión de cultos religiosos a través de los Andes tienen consecuencias importantes para el comercio y el intercambio, creando estrechas relaciones entre las poblaciones de diversas regiones.
El
desarrollo tecnológico alcanzó un gran esplendor con el surgimiento de la
alfarería, textilería, metalurgia y agricultura de riego. Esta tecnología se
sustentaba en la integración de las regiones sobre la base de una eficiente
ideología religiosa.
Aparecen las primeras altas culturas peruanas
Se
extiende a lo largo del primer milenio antes de nuestra era y se considera el
primer periodo en que tribus y pueblos distintos compartieron unas creencias
religiosas semejantes, el culto a un dios jaguar a cuya imagen se asocia
también la serpiente y el águila y criaturas mezcla de hombre y uno de estos
animales. Estas creencias se plasmaron en una iconografía y un estilo comunes.
En cualquier caso no se trató de una cultura homogénea ni mucho menos de un
imperio político unitario.
Por
tratarse de características propias de la cultura Chavín originalmente, este
periodo es llamado también Horizonte Chavín.
Características del formativo
andino peruano
Se
producen importantes cambios en los pueblos que habitan la zona peruana,
gracias sobre todo a la aparición de la agricultura, aunque estas culturas aún
no han logrado desarrollar la cerámica. Ya se ha señalado, por otro lado, que
los vestigios de cerámica más antiguos que se han encontrado hasta el momento
corresponden al año 1250, aproximadamente, y se han localizado en la costa
norte de Perú.
De este
modo, puede decirse que el período formativo queda inaugurado con estos
hallazgos, pues durante los últimos siglos del segundo milenio antes de nuestra
era nacen las altas culturas andinas. A pesar, claro está, de las múltiples
diferencias que se dieron entre los numerosos pueblos que conforman este gran
conglomerado que ha sido denominado "culturas andinas", diferencias
debidas a la distancia y a las barreras geográficas que impone una cordillera
como la de los Andes, se pueden señalar varias características comunes. Por
ejemplo, estos pueblos se caracterizan por poseer una agricultura y una
cerámica desarrollada, centros comerciales y arquitectura habitacional, pero no
hay evidencia de centros urbanos o ciudades propiamente dichas. También se caracteriza
este período por su metalurgia y el descubrimiento del bronce, y por el cultivo
del maíz y de la patata.
El Periodo Formativo corresponde a la gran expansión de Chavín hasta Ayacucho e Ica por el Sur y hasta cerca del Ecuador por el Norte.
En esta
etapa hay dos acontecimientos reseñables:
* Se
produjo el asentamiento definitivo del Sistema Agrícola (mejoramiento de las técnicas
agrícolas).
* Se
construyeron los más importantes Centros Ceremoniales, que refleja la gran
importancia que tuvo en esta época la religión controlada por una elite de
especialistas que monopolizan el conocimiento en favor de sus intereses. El más
importante fue Chavín de Huantár.
Clasificación del Formativo
Formativo
andino Se caracteriza por el inicio del arte alfarero, de la orfebrería y el
tejido a telar. También por la construcción de centros ceremoniales "en
forma de U", la difusión del maíz y la ingeniería hidráulica.
Formativo inferior o Inicial:
Formativo inferior o Inicial:
Existieron
grandes centros ceremoniales: Sechín, Pacopampa, Kunturwasi, etc. Se
caracterizó por el surgimiento de los templos pre-Chavín donde ya se adoraba al
dios Jaguar.
Formativo
medio: Chavín (Primer horizonte andino Durante el Formativo Medio o Síntesis)
se desarrolló Chavín, la primera cultura pan-peruana.
Formativo
Superior, Final o de Transición: Descomposición del estado Chavín y aparición
de culturas puente regionales: Paracas, Vicus, Pukara, Salinar y Virú.
La cultura Chavín fue contemporánea a esas culturas y como ellas tuvo un alcance local .La diferencia consiste en que chavín alcanzo un notable desarrollo cultural de expansión pan-andina y por eso se le denomina primer horizonte u horizonte temprano, pero la expansión y hegemonía de chavín como su notable influencia cultural se dio en el formativo medio
La cultura Chavín fue contemporánea a esas culturas y como ellas tuvo un alcance local .La diferencia consiste en que chavín alcanzo un notable desarrollo cultural de expansión pan-andina y por eso se le denomina primer horizonte u horizonte temprano, pero la expansión y hegemonía de chavín como su notable influencia cultural se dio en el formativo medio
BIBLIOGRAFÍA: